Invasión: Space Invaders por el mundo

Todo comenzó hace un año, concretamente en junio de 2008. Me encontraba paseando por Londres con Bea, como un par de turistas más que disfrutan del esplendor y el glamour de esta fantástica ciudad pateando sus calles. Cámara al hombro y ojo avizor. Fue en uno de esos momentos de exploración callejera cuando me percaté de un extraño azulejo que sobresalía de una pared. Un curioso ser de color verde claro miraba de soslayo el resto de la calle desde su ubicación, como si aquella aparición no estuviese fuera de lugar y formara parte de la city como una muestra artística más. Lo mejor de todo es que reconocí en seguida esas formas, esos vivos colores, esa inconfundible naturaleza pixelada: aquello era uno de los míticos Space Invaders, los icónicos «marcianitos» que protagonizaron en 1978 el que probablemente sea el videojuego clásico más veterano, recordado e influyente de la historia, con permiso del señor Pac-Man. Tal fue el impacto del videojuego de Taito que el gobierno japonés tuvo que aumentar el número de monedas en circulación debido a la cantidad que se gastaba en los salones recreativos, y hoy en día es común encontrar estos graciosos invasores espaciales en todo tipo de formas asociadas al todopoderoso merchandising.

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Pero jamás había visto algo así en plena calle, junto a un edificio. Supuse que sería obra de algún artista urbano, o que dicho lugar de Londres era importante para la historia de Space Invaders. Le hice la foto y no le di mayor importancia. Hasta que volví a realizar un pequeño viaje dos meses después a otra de las capitales más maravillosas del planeta: la siempre bella y espectacular París. La situación, prácticamente idéntica a la vivida en junio. Un paseo turístico con mi novia, callejeando por la ciudad en busca de algún monumento, tienda o punto de interés. Y entonces apareció.

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Otro más de esos enigmáticos Space Invaders, también elaborados mediante azulejos e instalados en un muro de la ciudad.  ¿Tendría relación con el que vi en Londres? A partir de ese momento presté especial interés por si veía alguno más mientras estuviese en París, tanto en aquel momento como en el futuro, algo que demostró ser de lo más eficaz cuando regresé a la capital gala en las navidades de aquel mismo año. Nada más llegar reparé de nuevo en la aparición de más de aquellos seres, inundando el paisaje urbano de la ciudad y sorprendiendo al observador lo suficientemente avispado como para reparar en estas composiciones. Aquello no podía ser una coincidencia. Se trataba de una auténtica invasión.

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Alucinado por el descubrimiento, fui haciendo fotos a cada uno de ellos, preguntándome por qué tanto en Londres como en París hacían acto de presencia. Y lo más importante: quién lo había hecho, y por qué en esas localizaciones. ¿Se trataba de una exposición al aire libre? ¿De la obra transgresora de algún artista provocador? ¿Del derroche creativo de algún admirador del videojuego? No entendía el motivo, pero sí sé que me encantaba encontrarme con estos pequeños seres. Y no sólo eso: las representaciones de personajes de videojuego no se limitaban a los Space Invaders, sino que también adoptaban la forma de otros como los no menos inconfundibles fantasmas del mítico Pac-Man o las setas verdes del Super Mario Bros.

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Algo se estaba moviendo, aquellos seres estaban tomando las principales ciudades de Europa, pero todavía no sabía por qué.

Pasó un año, y regresé a París en agosto de 2009 (efectivamente, hace escasos días). Y como no podía ser de otra forma, ahí estaban los Space Invaders y sus pixelados secuaces.

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Por todos los bits, ¿qué significaba todo esto? Aquellas representaciones eran parte de mis viajes por Europa, y aunque bien recibidas todavía no sabía el motivo de su existencia. Sólo que estaban ahí, y que por algún motivo, a ningún otro viandante le llamaba la atención su presencia en el paisaje urbano. Por suerte, finalmente hallé la respuesta. Concretamente en Album, la mejor y más completa tienda de cómics y merchandising de todo París (en pleno Boulevard St Germain, nada más salir del metro Cluny-La Sorbonne). Allí fue donde encontré, en la sección de libros y guías, la luz que me ayudó a resolver el misterio de los Space Invaders.

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¡Ahí estaba! La prueba que demostraba que había algo detrás de aquellos azulejos, de aquellos invasores del espacio y de su presencia en la ciudad. Me llamaron loco durante varios años cuando traté de explicar la llegada de esta invasión urbana por parte de pequeños seres llegados del espacio videojueguil, pero por fin tenía, ante mis recompensados ojos, la evidencia de que existía un proyecto de alguna clase destinado a llenar Europa de extraterrestres. Tan grande como para ser relatado en un libro, al menos.

Resulta que el responsable de estas geniales creaciones es Invader, un artista callejero parisino que se percató de la facilidad que tenían las figuras realizadas con los píxeles propios de los gráficos de baja definición (convertidos hoy en día en todo un icono cultural gracias a su potente factor nostálgico) a la hora de ser representadas mediante azulejos, debido a sus formas angulosas. Así, Invader creó su primer mosaico  a comienzos de la década de los 90, un centinela explorador de los Space Invaders que serviría para allanar el terreno a la invasión que llegaría en 1998, año en el que el artista comenzó a llenar las calles de su ciudad natal con estas obras de arte callejeras.

Pero París fue sólo el principio. La invasión pronto se extendió por todo el planeta, invadiendo el entorno urbano de 35 ciudades de todo el mundo (entre las que se encuentran Tokyo, Montpellier, Barcelona, Nueva York, Los Ángeles, Berlín, Manchester, Bangkok, Mombassa, Colonia, Melbourne, Amsterdam, Katmandú y Bilbao) y catapultando a la fama a este irreverente amante de los videojuegos de la década de los 70 y su entrañable estética añeja. Todas sus obras son resistentes al agua, y están repartidas teniendo en cuenta diferentes criterios geográficos, alternando entre zonas donde pasa mucha gente con otros rincones más escondidos. Tal es la dedicación de Invader (el cual ha organizado varias exposiciones a raíz de su idea) que los Space Invaders de la ciudad francesa de Montpellier forman un gigantesco Space Invader visto desde el cielo. ¡Incluso ha osado colocar sus creaciones en las letras del celebérrimo cartel de Hollywood!

Su página web cuenta con un completo mapamundi donde se puede realizar un recorrido por los Space Invaders que ya han invadido el planeta, además de comprar libros, mapas, camisetas y demás merchandising relacionado con sus obras.

De modo que si os encontráis de vacaciones visitando algunas de las ciudades más impresionantes del planeta y os encontráis de repente con uno de estos pequeños invasores del espacio en el lugar más insospechado de vuestra ruta, no os asustéis y aprovechad para retratarlo. La invasión es imparable, y, a día de hoy, aún continúa su lenta pero firme expansión por el planeta.

¿Desea saber más?

Web oficial de la invasión mundial

La historia de Invader, el artífice de la invasión

Galería en Flickr con fotos de la invasión parisina

15 Responses to Invasión: Space Invaders por el mundo

  1. zuckuszette dice:

    Pues yo estuve en Paris este verano, pero, no ví ninguno, creo que si ví el libro de los space injhvaders , pero desgraciadamente, no loalicé a ninguno de esos «marcianillos».

  2. Muchas Gracias:
    Es un placer encontrar gente como tu.

  3. hoyu dice:

    Menuda frikada y qué observador eres gran javato!

    Me ha gustaó el artículo, muy divertido 😉

    (Por supuesto la mejor foto es la del hombre que baja las escaleras y la del alienígena que las sube xD)

  4. Panama Jack dice:

    Al lorito… voy a estar mas atento a este lado del charco, quien sabe si les va a dar por empezar a calzarlos en panama!

    Un abrazo crack.

  5. ANA dice:

    ME HA CAUTIVADO TU HISTORIA, LA HE LEIDO EMOCIONADA DE PRINCIPIO A FIN… Y A MI ME SUENA HABER VISTO ALGUNA DE ESTAS PEKEÑAS OBRAS MAESTRAS, PERO NO RECUERDO NI DONDE NI CUANDO… ESTA CLARO KE NO SE TE ESCAPA UN DETALLE TIO. SALU2!!!!

  6. Bea dice:

    Jajaja, increible!! son fantasticos tanto el seguimiento como las propias obras de arte. Espero tener la suerte de ver alguno yo 🙂

  7. javato84 dice:

    Muchas gracias a todos y a todas 😀

  8. Ani dice:

    Bueno Javi ya sabes, cuando por fin te dejes caer por Tokyo fijate bien , que seguro

  9. Ani dice:

    … que está llenito! XDDD (no se que ha pasado que se ha te tengo que poner el comentario a cachos)

    interesante artículo, sigue escribiendo cosas que desconocemos!

  10. Bea dice:

    ¡Me encantan los marcianitos! Llevaba un tiempo viéndolos en cada viaje y por fin se ha resuelto el misterio. Yo que pensaba que eran parte de una secta o que simplemente indicaban el lugar donde estaban las redacciones de las revistas de videojuegos/ empresas del ramo …XD

    Imaginación al poder!

    Bsitos de lunes

  11. jorgeg1984 dice:

    Por Valencia lo mas que he visto han sido formulas 1!

  12. Mae dice:

    ¡Qué curioso! Tantas visitas a París y nunca me había percatado. Interesante artículo… Siempre es bien recibido aprender algo nuevo.

  13. Tio Yongue dice:

    He estado en Paris y en Amsterdam y ni me había fijado.
    Sorprendente!
    Qué cachondos parecen, una muestra más de la irreverencia del arte, si señor

  14. […] en las calles. Los pone donde vienen los nombres de las calles. Lo he visto por ejemplo en Viena, y llama mucho la atención. También he sacado […]

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